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martes, 22 de mayo de 2007

El “StockGate” una escandalosa práctica de fraude bursatíl en EEUU y en España

Enlace a la fuente de información AQUÍ. Libertad de prensa y Medios

Podéis ver el chanchullo que se montaron con los Préstamos de Astroc AQUÍ. Una práctica muy habitual también en Jazztel.

Podéis ver la multa que le metieron a un cuidador en USA por el tema de los préstamos AQUÍ.

'StockGate', un nuevo escándalo 'made in USA' que promueve quiebras y aumenta el desempleo

Las autoridades y la gran prensa de EEUU están haciendo la vista gorda ante el “StockGate”, una escandalosa práctica de fraude bursátil que ya condujo a la quiebra a numerosas empresas pequeñas y medianas, destruyó puestos de trabajo, arruinó a pequeños accionistas y, en general, una amenaza a la economía.

El StockGate, o “escándalo de las acciones”, es una vulgar estafa que comete una mafia de corredores organizados con la práctica de la llamada “venta corta” de acciones. El Proyecto Censurado de la Universidad Sonoma State de California seleccionó este tema entre sus 25 “historias top” más ignoradas por la gran prensa y recogida sólo por unos pocos medios alternativos. La versión original del reporte (en inglés) puede consultarse en su página web (www.projectcensored.org).

El quid de la estafa es la “venta corta” de acciones. “Vender corto” significa vender algo que no se posee ni existe. No es una “venta a futuro” basada en la confianza, sino una transacción de títulos bursátiles que los corredores técnicamente no poseen y que, a veces, ni siquiera existen. Son acciones que se piden prestadas para llevar adelante una suerte de simulación de venta. La operación de cierta manera es real, porque hay un trasvasije de dinero en que el verdadero dueño de las acciones pierde inocentemente su plata sin que tenga nada que ver en el negocio. La simulación más bien radica en la inexistencia del “stock” que se vende.

El fraude es posible porque existe una estructura corrupta de corredores o “brokers” incrustada en el sistema financiero y, además, porque ejercen control sobre las instancias de vigilancia, regulación y compensación del mercado accionario. Los brokers llegan a veces a comprar de verdad las acciones que antes vendieron, pero sólo una vez que lograron hacer caer su precio. Quienes pierden son siempre las empresas, sus accionistas y los trabajadores.


La “venta corta” de los corredores persigue depreciar la cotización de la acción y que siga bajando. Y gracias a esa caída continua del precio, pueden llegar a adquirirlas de verdad, pero motivados por el propósito de hacer bajar de nuevo el precio de las mismas acciones una y otra vez, con ventas simuladas, fantasmales, aprovechándose del viejo mecanismo de la oferta y la demanda y del tejido de su influencia mafiosa que manipula el mercado. Un fraude de esta envergadura requiere una vasta organización, una red de cómplices en la bolsa y en los organismos reguladores de control.

Naked short selling: “Vendiendo corto y empelotas”

La estafa puede parecer de escasa significación en América Latina, donde las operaciones de la bolsa interesan poco al grueso de la gente común y corriente, que las percibe como un tema exclusivo del mundo del gran dinero. Pero en EEUU existen muchos “inversionistas populares”, personas modestas que invierten en la bolsa sus ahorros y hasta sus fondos de retiro, después de una larga vida de trabajo. En vez de gastárselo pasándola bien, muchos jubilados se aprietan el cinturón, postergan consumos y viven estrechamente pero con la esperanza de reproducir sus ahorros invertidos en un sistema económico que no controlan ni influyen. Por eso, en EEUU el sube y baja de las acciones en la bolsa es siempre una noticia importante para la gente común y corriente del grueso público, lo que no ocurre en América Latina.

En el negocio de la “venta corta”, llamada también “Vendiendo corto empelotas” (Naked short selling), los brokers piden prestada a otro corredor una parte de las acciones que venden a un tercero y, entretanto, apuestan a que el precio baje antes de completar el resto de la operación. Es decir, no nunca entregan todas las acciones que revendieron, sino apenas una parte. Por eso, es una “venta empelotas” o desnuda. A menudo, este bicicleteo en cadena conduce a un cortocircuito que involucra a los especuladores que trabajan mancomunados en red que manipular el mercado. Se ven forzados a re-revender “ad eternum” parte o todo el paquete de acciones que ya fue “vendido”. Y en ese proceso estimulan cada vez más la caída del precio y cuando consiguen su objetivo, la compañía que responde por esas acciones suele terminar en la bancarrota.

Como en EEUU, y en ninguna economía capitalista, existe un “código de ética de los negocios”, se inventaron los organismos públicos encargados de vigilar y regular el mercado en resguardo de los intereses de todas las partes involucradas. Y por último, existe la prensa, que tendría la misión de sacar a la luz estos fraudes para que otros actúen. Pero cuando nada de eso funciona y reina la desidia, hay un problema grave y amenazante para el sistema. La situación es delicada porque el mercado bursátil es proclamado como un pilar de la “libertad” y piedra angular de la sociedad estadounidense, un basamento casi sagrados del “sueño americano de la libre competencia”.

El sueño, el mercado, la bolsa, todo, está supuestamente basado en la confianza. La hipocresía de la “confianza” se invoca hasta en el lema de los billetes del dólar que proclama confianza en …Dios. Por todo eso, resulta mucho más sorprendente la prolongada indiferencia de la gran prensa ante esta “noticia”. Sus dueños eligieron abstenerse de denunciar está manera delictiva de hacer negocios que, por lo demás, tampoco es “noticia nueva” porque la práctica se mantiene por años, sólo que ahora adquirió ribetes de escándalo… sofocado.

“Ladrones de cuello y corbata”

Según Mark Faulk, periodista y escritor especializado en estos temas (ver http://faulkingtruth.com/), “esta práctica escandalosa ha plagado la bolsa durante años”. También ha sido llamada 'el escándalo financiero más grande de la historia del mundo’”, escribió en su blog “Verdades de Faulking”. A los tribunales han ingresado docenas de pleitos en que los accionistas y las compañías estafadas reclaman contra la “venta corta desnuda” que destruyó sistemáticamente sus empresas.

En buenas cuentas la “venta corta” es una acción de crimen organizado, económico, de cuello y corbata. En el fraude están involucrados corredores que controlan o influyen la Depository Trust and Clearing Corp. (DTCC), la cámara de compensación accionaria cuyo nombre tiene una traducción literal un tanto irónica: Corporación Depositaria de la “Confianza” y la Compensación. El DTCC inventa títulos de manera sistematizada y ordenada, probablemente con algún software o “Programa de Préstamo de Acciones”. Utilizando el dominio que ejercen sobre la cámara de compensación, estos corredores le piden al “Programa” las mismas acciones una y otra vez, para simular más ventas de acciones que no existen. El desenlace de la caída del precio de las acciones y la quiebra de las empresas afectadas se produce sin necesidad de poner ninguna pistola sobre el pecho de las víctimas: el dinero se trasvasija silenciosamente al bolsillo de los corredores, o “brokers”.

El DTCC fue concebido como un protector del inversionista e incluso se auto proclama como “abogado del inversor”. Pero invirtió su rol, como si un hospital matara a los enfermos en vez de sanarlos. Entretanto, la autoridad mira hacia otro lado, es decir, el SEC o Securities and Exchange Commission, que tiene la responsabilidad de administrar las leyes federales de seguridad financiera de EEUU. Incluso tiene una Oficina de Educación y Asistencia a los Inversionistas, sean de EEUU o del exterior, cuya página web dice textualmente: “No podemos aconsejarle qué inversiones realizar, pero sí podremos instruirle acerca de cómo invertir sabiamente y evitar los fraudes”. Da risa, pero así funciona el país de George Bush. Faulk asegura que el DTCC “ha sucumbido a la presión de los corredores que se benefician del escándalo de la venta corta desnuda”.

Los grandes medios se muestran reacios a cubrir este escándalo, excepto algunos textos breves publicados casi al azar por el Wall Street, Revista Forbes y el Dow Jones Newswire, medios especializados que no llegan al grueso público. La historia quedó para publicaciones independientes como Verdades de Faulking, Financialwire.net, San Antonio Express-News y TheMotleyFool.com, entre otras.

Primeros juicios

Mark Faulk averiguó que en varios estados ya se abrieron investigaciones judiciales sobre 'ventas cortas', entre otros Nevada, Washington, California, Florida, y Luisiana. 'De hecho, Luisiana ha acogido una acción criminal contra Paine Webber porque le falta entregar las partes [de acciones] de Nutek, una compañía holding de Las Vegas', aseguró Faulk. 'Según nuestras fuentes, varios otros estados están considerando investigaciones similares', indicó. El periodista se muestra optimista de que con tantos juicios acumulados el tiempo se haga 'corto' para llevar a la cárcel a los estafadores de 'ventas cortas'. Algunos miembros del Congreso comenzaron a interesarse en el tema durante 2005.

A mediados de febrero de 2006 –hace menos de un mes– se supo de otra acción judicial, que esta vez afecta directamente al DTCC, introducida simultáneamente en los estados de Utah y Connecticut por una alianza multiestatal en que participan la Asociación Americana de Administradores de Seguridad y organismos reguladores locales de seguridad financiera. La noticia fue una 'exclusiva' del FinancialWire reproducida también por Roddy Boyd, del New York Post, medios de bajo perfil. Probablemente, habrá un juicio colectivo, de aquellos llamados de “acción de clase”, que están siendo eliminados silenciosamente en la reforma legal del agravio que realiza la administración Bush, precisamente para desproteger a los ciudadanos de los abusos del gobierno y de las grandes corporaciones (Ver Project Censored Nº 14).


El “StockGate” de las “ventas cortas” afecta a empresas medianas y pequeñas, que son las principales generadoras de empleo en EEUU, de manera que la práctica delictiva perjudica también a los trabajadores, con tanta fuerza como a los accionistas y a las compañías. Al fin de cuentas, se trata de un fraude que daña al conjunto de la economía. Todo esto ocurre en una sociedad que en vez de privilegiar el trabajo y la producción de bienes reales, favorece la especulación financiera, la especulación amparada por las patentes farmacéuticas, el abuso de los derechos corporativos sobre las semillas y toda clase de “propiedad intelectual” de las grandes corporaciones.


Y el “StockGate” ocurre en un país cuya moneda, el dólar, está sostenida artificialmente por las compras de bonos del Tesoro que efectúan sistémicamente Japón, China, India, Corea y otros países que son los verdaderos sostenedores de la economía de EEUU. Por ahora, ninguna de esas naciones está interesada en vender sus bonos, debilitar el dólar y colapsar a EEUU, porque ese país es un destino importante de sus exportaciones, cuya gran magnitud causó, además, el descomunal déficit de la balanza comercial estadounidense cercano al millón de millones de dólares. Por tanto, la prosperidad de la nación del norte es artificial, tiene pies de barro como la aparente fortaleza del dólar. Lo único real son la guerra y la muerte que exporta el afán gubernamental de rapiña, mientras en casa, su sistema económico hace agua.

Para este artículo se consultó el texto en inglés de Proyecto Censurado y sus fuentes (David Hendricks, Karl Thiel y Dave Patch), más los trabajos de Mark Faulk, originalmente no considerado en el estudio. Se descartó la traducción literal de la historia porque resultó poco inteligible para el lector latinoamericano, de perfil distinto al promedio universitario estadounidense y menos conocedor del misterioso mecanismo bursátil.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero imaginate que un broker pide prestadas una cantidad de acciones, las vende con la intencion de recomprarlas mas tarde mas barato para devolverselas al que se las ha prestado,y derrepente alguna agencia se le ocurre comprar y comprar y la accion se dispara hacia arriba, en este caso este broker estaria pillado de las pelotas ya que las tiene que devolver mas caras. Con esto quiero decir que esta tecnica de venta de prestadas tiene un riesgo muy alto como todo en bolsa.Tampoco tienen todas las de ganar.